quinta-feira, julho 15, 2010

AZUL OSCURO

Do poeta espanhol Jesús Hilario Tundidor (Zamora, 1934).

A mi abuelo Roque, ferroviario

DEJA tu lámpara en el suelo, dije
a quien iba cansado, apaleado
hasta no poder más con la esperanza.
No conocía cómo
la reciprocidad, las cosas y los hombres
tienen su signo, su desahucio
y su muerte, y su hermandad en el conocimiento.
Aquel bulto sabía. Yacente allí sabía. Mientras
yo en vano iba buscando una palabra
él generoso me ofreció los signos:
"Stehen transportieren".
El bulto aquél aquella noche de
Medina del Campo, campeador y símbolo,
si no clarividencia unido a la palabra
guardafrenero o guardavías -vía
o vida- me concedió la sola
posesión de la aguja, y fue ya fácil
hacer costura por la luz hundido
en la estameña dura de mi patria.

Deja tu lámpara en el suelo dije,
todo es mentira, es
mentira. Deja
tu corazón sobre ese riel con lluvia,
cede a la noche tu cansancio y duerme.

Tú estarás solo y estás solo. Mira
la lluvia, flor hermosa, doncella
también en soledad que ahora te acoge
y te acaricia y besa
dulcemente el universo de tu carbonilla.
Grave y solemne fue nuestro pecado:
la vida ahí, de frente, la ternura
de frente, y la venida
y la ida, de frente y para nada,
Ay, Stehen transportieren, ¿quién que nunca
pensó en caer cayó, cambió la pobre
moneda, dijo: sólo
tened costumbre, haceros
fuertes, pisad la tierra, comed y alimentaros?
Poco de menos o de más sería.
Ahora descansa, duerme, camarada,
lleno de ardor en cinta y cumbre triste
has vivido, la lámpara aposenta, tira al suelo
tu larga vigilancia, tu cansancio
que nada concedió. Ahora ya sabes
que es mejor hoy morir que un largo olvido"

¿Quién recuerda, quién dice
que fue verdad lo que no es hoy memoria?
Todo
fue un cruel sortilegio, álamos
y gorriones, y tarde azul junio a los trigos vives.
No hay noche ya, ni madrugada, ni
otra estación ni tren que el de tu vida.

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