Las bibliotecas ya no se queman.

Las bibliotecas ya no se queman. Se ignoran.

No hay peor existencia que la ausencia de reconocimiento que uno está por aquí.

Que me critiquen, me rasguen, me peguen, me insulten, me jodan,

Pero, haz el favor, léete el libro que llevo escrito con la punta de mi navaja.

Si tienes la fortuna del tiempo, léete ni que sea a penas el título

O la portada. Reconozco que es cursi y algo peculiar…

Unas frases, algunos párrafos, algún capítulo, a lo mejor lo terminas sin que te aburras.

Pero, al final, haz el favor, ponme donde quieras, en un cajón acompañado de inutilidades, como más polvo de estantería o como pie del entumecido sofá delante de la caja con un hombre dentro pisando lentamente la luna.

Ahórrame de las cenizas inquisitorias del olvido.

De las cenizas ya no nace nada nuevo. Simplemente mitos.
Ahora está de moda reciclar.