Ayer hubo temporal: el aire azotaba con fiereza los cristales del Taller de Electricidad en el instituto y la lluvia trazaba arabescos en su caída de relámpago contra las piedras del patio. En un impás de silencio, una pausa, un sí es no es: las gotas de agua rodaban lentas, formando cúmulos efímeros para caer entre las rendijas de una alcantarilla; y al golpear en el fondo generaban un eco, un suave compás, una hermosa armonía que ya se perdió para siempre.
Una harmonia fiera y dulce, centrifuga en su centripeta purificación. Pasos... apenas pasos...
ResponderEliminarUn abrazo amigo