Si
el hombre pudiera llevar
Trozos
del pasado dentro
De los
bolsillos,
Como
un pañuelo de “patchwork”
(Snob,
para no decir retajos)
Cosido,
Con el
hilo del azar, o del cajón
Polvoriento,
del desván poco familiar.
Si
el hombre pudiera llamar
A la
puerta del destino.
Si
pudiera saludar la verdad
(Vecina,
puta, que no paga la comunidad y usa la piscina)
En un piso sin ilusión de tener calefacción.
Si
pudiera,
No
se olvidaría de las gafas de ver cerca
(Pendientes
de una nariz curiosa, quizás cotilla).
No
se llevaría la gloria,
Ni la
ambición o vana victoria…
Si
el hombre pudiera elegir…
No
se llevaría al ataúd
La frialdad
corpórea, pero sí
La real
libertad
(Singularmente
gregaria)
En sincera
amistad.
6/VI/2013
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