-
Tampoco es caso que se haga impresión, contestó el impresionista.
-
Talvez sea caso para dudar, dijo el agnóstico.
- Es
sí caso para creer, dijo el creyente.
- Si
es caso es casual, comentó el materialista.
Y
cuando el criado llegó a la mesa con el vino,
ya
todos se estaban pegando.
- Yo
había dicho que esto acababa mal, suspiró el pacifista.
in
“El Fruto de la Gramática”, 2014 [traducción: Luis Leal]
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