terça-feira, dezembro 15, 2020

"Pre-Textos para Pensar" - José Manuel Méndez Sierra (2020)

    El imperador romano Marco Aurelio nos dejó en sus “Meditaciones” el siguiente consejo: “No te dejes arrastrar por el torbellino de las pasiones; antes bien, a todo el ímpetu del instinto, ofrece lo que de justicia le toca; ante toda la aprensión de la fantasía, conserva la facultad de pensar”. 
    Actualmente, la facultad de pensar se asume como algo menos importante de conservar. Reflexionar no es una prioridad ante las pasiones y el ímpetu del espíritu de este presente. Quizás sea un signo de los tiempos, no lo niego, sin embargo, si nos preocupamos en buscar en el caos del exceso de información, todavía se encuentran “pre-textos para pensar”, como hace mi amigo José Manuel Méndez, ese mismo que hace poco mencioné por estos pagos en una publicación sobre el verbo “resistir”. 
    Personalmente, quiero creer que, si el pensamiento de uno se erigió en libertad y se ramificó en respeto y dignidad desde tierna edad, es muy difícil que este territorio neuronal sea invadido y colonizado por otras potencias, a pesar de que muchas veces la diplomacia intelectual permita presencias puntuales debidamente controladas. Es decir, soy de los que quieren “pensar” que, en circunstancias supuestamente normales, quien manda en lo que va debajo de nuestro pelo somos nosotros. Y es lo que me parece que José Manuel Méndez nos recuerda en las 36 entradas de su última publicación, donde este auténtico humanista (en la acepción clásica de la palabra) nos invita a la reflexión con una honestidad intelectual que, según mi perspectiva, no abunda en la contemporaneidad y que se basa en un esfuerzo constante por mantener su espíritu libre a través de dos presupuestos fundamentales a la hora de formar cualquier opinión: coherencia y humor.
    La verdad es que yo soy un lector privilegiado, pues detecto su humor (y una gran humildad, lo digo de paso) en cada paréntesis que José Manuel abre en su libro, pero estoy seguro que este recopilatorio de textos, algunos con más de 15 años (y completamente intemporales como las meditaciones de Marco Aurelio), redactados fundamentalmente para jóvenes entre los 16 y 18 años, son una invitación a la más viable de todas las subversiones, la del pensamiento. 
    Si tenéis la oportunidad de leer este pequeño volumen, aparentemente de monólogos, acogedlo con ganas de dialogar con sus páginas. Yo lo hice y me di cuenta de que debería de coger más ratos de mis 24 horas en piloto-automático simplemente con el “pre-texto” de pensar.



 
 

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