- Querido Marco Aurelio, me consta que tienes por ahí unas "Meditaciones" escritas, pero, en realidad, son instrucciones.
- Puede que tengas razón, iluminado Gautama, las he escrito un poco como tú, desapegado, sin embargo lleno de amor.
En ese día, Oriente y Occidente fueron un solo imperio y la historia se detuvo a contemplar lo único que puede promover la sabiduría: el encuentro, el diálogo, una buena conversación y alguien que la recuerde, incluso cuando es apócrifa.
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