El dictador Antonio de Oliveira Salazar, que gobernó Portugal entre 1932 y 1968, ha ganado una votación popular para elegir a los "grandes portugueses" de la historia promovida por el canal estatal de televisión de Portugal. Salazar ha obtenido el mayor número de votos en el concurso de la Radio Televisión Portuguesa (RTP) que concluyó esta madrugada tras varias semanas de debates en el aire y con una participación de 160.000 personas.
El dictador ha superado en la votación al histórico líder comunista luso Alvaro Cunhal, que ha obtenido el segundo puesto, y a Aristides de Sousa Mendes -tercero-, un diplomático que ayudó en su llegada a Portugal a miles de judíos perseguidos por la Alemania nazi, en contra de las órdenes del propio Salazar.
La votación portuguesa ha seguido el modelo de otras similares llevadas a cabo en varios países europeos como el Reino Unido, donde ganó el que fuese primer ministro Winston Churchill, o Alemania, donde el ex Canciller Konrad Adenauer fue el preferido.
Los portugueses han optado por elegir a Salazar como el primero de los grandes personajes del país, por delante también de figuras históricas como Afonso Henriques, el primer rey luso, o Luis de Camoes, considerado el más importante de los poetas nacionales.
El resultado de la consulta ha causado sorpresa en algunos sectores de la sociedad lusa, dado que Salazar es el símbolo de los casi 40 años de una dictadura que aisló a Portugal del resto del mundo. Analistas políticos han destacado hoy que muchos portugueses de mediana edad, a veces descontentos por la marcha económica del país, sienten simpatía por la figura del dictador, hijo de agricultores y nacido en abril de 1889. Pero su memoria parece haber logrado también atraer a sectores más jóvenes, que ni siquiera le conocieron.
El politólogo André Freire ha mostrado su preocupación por la elección de Salazar como el primero de los grandes portugueses, al tratarse del icono del llamado Estado Novo que él fundó como una dictadura de corte fascista.
Salazar fue el continuador del régimen militar que en 1926 encabezó el mariscal Antonio Carmona, que depuso a Sidonio Pais. Nombrado en 1928 ministro de Finanzas y, tras conseguir superávit en las cuentas públicas, Salazar fundó en 1930 el partido Uniao Nacional, paso previo a la toma de poder definitiva en abril de 1932 como presidente del Consejo gobernante.
El dictador hizo ratificar una nueva constitución un año después, con una abstención del 40% del electorado, y mantuvo la neutralidad de Portugal en la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, no logro evitar la pérdida de la India portuguesa, en 1962, ni la guerra colonial en África, que supuso el fin del Imperio luso en los años setenta del pasado siglo. En 1968, una grave enfermedad obligó a Salazar a dejar el poder y fue sustituido por Marcelo Caetano, al que derrocó la revolución de los claveles en abril de 1974.
El dictador ha superado en la votación al histórico líder comunista luso Alvaro Cunhal, que ha obtenido el segundo puesto, y a Aristides de Sousa Mendes -tercero-, un diplomático que ayudó en su llegada a Portugal a miles de judíos perseguidos por la Alemania nazi, en contra de las órdenes del propio Salazar.
La votación portuguesa ha seguido el modelo de otras similares llevadas a cabo en varios países europeos como el Reino Unido, donde ganó el que fuese primer ministro Winston Churchill, o Alemania, donde el ex Canciller Konrad Adenauer fue el preferido.
Los portugueses han optado por elegir a Salazar como el primero de los grandes personajes del país, por delante también de figuras históricas como Afonso Henriques, el primer rey luso, o Luis de Camoes, considerado el más importante de los poetas nacionales.
El resultado de la consulta ha causado sorpresa en algunos sectores de la sociedad lusa, dado que Salazar es el símbolo de los casi 40 años de una dictadura que aisló a Portugal del resto del mundo. Analistas políticos han destacado hoy que muchos portugueses de mediana edad, a veces descontentos por la marcha económica del país, sienten simpatía por la figura del dictador, hijo de agricultores y nacido en abril de 1889. Pero su memoria parece haber logrado también atraer a sectores más jóvenes, que ni siquiera le conocieron.
El politólogo André Freire ha mostrado su preocupación por la elección de Salazar como el primero de los grandes portugueses, al tratarse del icono del llamado Estado Novo que él fundó como una dictadura de corte fascista.
Salazar fue el continuador del régimen militar que en 1926 encabezó el mariscal Antonio Carmona, que depuso a Sidonio Pais. Nombrado en 1928 ministro de Finanzas y, tras conseguir superávit en las cuentas públicas, Salazar fundó en 1930 el partido Uniao Nacional, paso previo a la toma de poder definitiva en abril de 1932 como presidente del Consejo gobernante.
El dictador hizo ratificar una nueva constitución un año después, con una abstención del 40% del electorado, y mantuvo la neutralidad de Portugal en la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, no logro evitar la pérdida de la India portuguesa, en 1962, ni la guerra colonial en África, que supuso el fin del Imperio luso en los años setenta del pasado siglo. En 1968, una grave enfermedad obligó a Salazar a dejar el poder y fue sustituido por Marcelo Caetano, al que derrocó la revolución de los claveles en abril de 1974.
In El País
Para mi es una verguenza. No hay memória histórica... elegir un dictador... un programa de la cadena publica pago por el dinero de los demás portugueses. Yo solamente digo: "25 de Abril SEMPRE! FASCISMO NUNCA MAIS!"
2 comentários:
Para mim, uma opção deste tipo, que resulta de um concurso absurdo, (porque não da próxima saber se o Pai Natal é melhor que o coelho da Páscoa), só merecia uma resposta absurda. Elager Salazar é uma vergonha claro!. Mas a vergonha tem muito pouca importância comparada com o significado. Parece que estamos a dizer "Liberdade não, obrigado!", ou ainda "Calem-me senão eu penso!". Votar em Salazar é ainda uma cosequência de 48 anos sem poder votar em liberdade por causa do Salazar. Afinal o homem ainda está vivo e a rir às gargalhadas na tumba.
Não passou de um protesto político, devido ao descontentamento da democracia... Há um desencanto com o rumo que o país está a atravessar que se tem vindo a aprofundar cada vez mais, desde que Guterres chegou ao poder!
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