Dependo del coche, es un hecho. Pero siempre que cojo sus llaves, me obligo a pensar si puedo ir en bicicleta (o andando). Si nuestros políticos y responsables por el urbanismo tuviesen costumbres semejantes, quizás la movilidad sostenible fuese más determinante en contextos como los que estamos viviendo de urgencia climática o con la escalada de los precios de los combustibles. Es más fácil culpar a Putin.
Sem comentários:
Enviar um comentário