Nunca me detuve para saborear una victoria. Siempre que la victoria es inevitable, ya me he marchado. Una parte inconsciente de mi ser hace limpieza mientras la otra, como Patton, sale hacia otro flanco.
Kirk Douglas, El hijo del trapero - Autobiografía (trad. Iris Menéndez), Barcelona, Ediciones B, 1988, p. 57.
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