quarta-feira, outubro 06, 2010

Un día de caza...


Esta perra, de nombre “Severa”, no tiene nada de fadista. Pero es una máquina cazando y buscando por entre las piedras y madrigueras de conejos y liebres. Su edad ya la pesa en las patitas pero es una fiel compañera en la labor del cazador honesto que respeta la naturaleza como respeta su caza…
En el día en que he sacado esta foto, he entendido muy bien lo que significa esta comunión entre el hombre y la naturaleza. Me he acordado muchísimo de Miguel Torga y Miguel Delibes…   Cazar dignamente no es una salvajada como una montería, es un ejercicio viril de algunos instintos que están olvidados en esta sociedad dicha moderna o, simplemente, son vistos como algo políticamente incorrecto.
Un buen cazador  no quita la vida de la presa por placer, intenta ser superior en la cadena alimenticia y agradece al animal poder matar su hambre. Si es un indio, o en el cine, es cultura a respetar, si es un occidental normal, sin perras, que toda su vida ha cazado y escuchado la naturaleza, es un imbécil y salvaje… ¿Dicotomías en los criterios?

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