quinta-feira, dezembro 04, 2008

El claustro de la democracia

La democracia es una cosa muy fácil de maniobrar, por eso, cómo decía Churchill, es imperfecta pero de todas las opciones la mejor.

Hoy presencié, en mi mundo laboral, que lo que es inconveniente, mejor que votarlo, es olvidarlo. Eso pasa cuando negamos a otros grupos, mal vistos en un contexto democrático, la oportunidad de participar con sus ideas en la dinámica democrática. Personalmente veo aquí un contrasentido. Si a un grupo extremista, que rechaza la libertad de expresión y puntos de vista de los demás, no le permitimos exponer sus dogmas y doctrina con la libertad de expresión que preconiza el imperfecto concepto de democracia, estamos dandole más importancia de lo que, en realidad, puede tener. La democracia pierde su moral libertaria, su igualdad de oportunidades, y se enfrenta a su mayor debilidad, su imperfección (que, amigos míos, esconde mucho abuso de poder).

La culpa es de todos que dejamos que se tomen estas decisiones sin contestar. Yo incluido, hoy particularmente, que no supe (es decir, fue más cómodo mantenerme calladito), de manera asertiva, decir que todos los puntos de vista, por más imbéciles que sean o que tengan por base principios arriesgados y de índole poco democrática, son dignos de una votación, de un escrutinio. Uno después de analizarlo tiene, sí, la libertad de decir: “!Esto es una gilipollez, que barbaridad, voy a votar en contra!”. Si no es así, no veo gran diferencia entre democracia y dictadura. En fin, desahogos de un final de tarde frío y solitario en el que tengo la libertad de escribir en nuestro blog la mayor tontería del mundo. Menos mal que podéis borrarme de la pantalla y mandarme, a mí y a mis opiniones, al carajo.

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