quarta-feira, novembro 09, 2022

El robo...

Hoy por la tarde, cuando estaba con mi hijo X en el supermercado, comprando su croissant para la merienda después de karate, asistimos a un robo. Yo no me enteré bien, pues llevaba los cascos puestos y tenía mi móvil conectado a una reunión de trabajo, pero él lo vio todo. A sus siete años, mi dulce niño asistió a un hombre corriendo para fuera del Día donde solemos comprar su merienda con varias cosas en la mano. Detrás de él vino una empleada del supermercado y justo después otro, un chico también joven que vino en auxilio de su compañera. A pesar de la movida, los empleados del Día se quedaron en la puerta y decidieron no ir detrás del ladrón. Su heroicidad se quedó en el sentido común, lo que, desde mi perspectiva, es algo digno de nota y no se les puede exigir más.
Mi hijo estaba boquiabierto, lejos de cualquier pánico. Estaba impresionado por haber visto a un ladrón en la vida real, esos que él concibe detrás de rejas, pillados por los buenos policías y justicieros de su ética infantil. 
"¡Papá, papá! ¿Has visto? ¡Un ladrón!"
Le dije que no se preocupara, que seguramente los agentes de seguridad lo pillarían y que tendría un castigo proporcional a su delito. Creo que se quedó tranquilo, pensando que la justicia funciona para los buenos de sus cuentos y que los héroes de sus cómics existen, ayudándonos en el bienestar de la sociedad. Sin embargo, yo no me quedé tan tranquilo. El robo que se produjo no era el de la típica botella llevado a cabo por un gorrilla alcohólico o el típico artículo superfluo más asociado a un capricho o a un cleptómano. El robo que se produjo delante de nuestras narices fue un hurto de comida, según lo que escuché queso y algo más (creo que pan). 
Me pregunto cuál el motivo porque este hombre robó. ¿Delincuencia o miseria? Sé que ambas van de la mano, pero ¿que historia hay detrás de alguien que roba comida? ¿Será para él? ¿Tendrá gente a su cargo? ¿Padres mayores, hijos quizás? Podía haber pedido, ¿porque no lo hizo?
Afortunadamente no tenemos esa necesidad, podemos merendar después de las actividades y tenemos comida en casa, pero sigo intranquilo. ¿Tendremos algún día que tener que hacer lo mismo? Espero que no, a pesar de que estoy seguro que por nuestros hijos seríamos capaces de cosas que esta sociedad ve como delincuencia y robar sería de lo más suave... 

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