No sé si tengo madurez suficiente, no sé si tendré la humanidad necesaria. Me crié entre guerreros que me enseñaron a estar en guardia y a creer que la paz tiene que protegerse. Esa desconfianza no solo me protege, también me aísla y hoy no sé lidiar con lo que siempre he asociado a una virtud.
Escribo estas palabras raro, con ganas de desaparecer, con ganas de abandonar una misión que, en lo más íntimo de mí, sé que me fue confiada. Pero dejé que otro tipo de confianza hablase más alto y tuve de llegar a la arrogancia para no reconocerme. En la humildad están mis maestros, en la humildad está mi camino. Por favor, descansad pero dejadme volver con vosotros siempre que me vuelva raro, siempre que mi ego se sobreponga a la verdad, siempre que el Luis deja de ser leal a si mismo.
Sem comentários:
Enviar um comentário