Há
uns anos, graças a uma epígrafe de Salvatore Quasimodo, o “Dia de Natal”
montou-me nessa bicicleta insegura da infância. E logo anoiteceu. O Juan Carlos
Paniagua conseguiu traduzir a minha falta de equilíbrio e estou-lhe imensamente
grato.
Hace unos años, gracias a un epígrafe de Salvatore Quasimodo, el “Día
de Navidad” me montó en esa bicicleta insegura de la infancia. Y en seguida
anocheció. Juan Carlos Paniagua logró traducir mi falta de equilibrio y le
estoy inmensamente agradecido. In “pedal(e)ar” (2017), p.24.
Cada um está só, sobre a face da terra
Perfurado por um raio de sol
E logo anoitece
Salvatore Quasimodo
DÍA DE NAVIDAD
Me regalaron mi primera bicicleta en un día mayo,
en la primavera de mi infancia.
Podía haber sido un regalo de Navidad,
en un día como este,
de impaciencia y solsticio.
Raciocinio y lento pedaleo. Rueda 24. Plegable.
Mi primera bicicleta ya no existe.
Es chatarra de la infancia.
Los sentidos ruedan por la luz que se va.
Estoy solo y me cuesta soportar
este anochecer.
Me consuela la bicicleta,
su secreto aprendido,
ese que, una vez
revelado,
nunca se olvida.
(Leiria, 25/XII/2016)
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